Si tienes TDAH haz ejercicio físico a diario. Y si no tienes TDAH también. Pero si lo tienes, hacerlo o no hacerlo es algo que marcará como ninguna otra cosa la linea entre caos y orden. Créeme, te lo digo por experiencia.
No lo intentes. Hazlo, o no lo hagas. Pero no lo intentes.
Yoda – Star Wars
Yo he probado a correr, ir al gimnasio, hacer natación, bicicleta, o deportes de equipo (baloncesto y fútbol). Me gusta el tenis pero no le suelo dar a la pelota – alguna ardilla que me distrae – así que lo he dejado.
No marques objetivos, mejor recuerda cómo te sientes después.
Lo que es seguro es que si lo veo como una obligación, voy a encontrar cualquier excusa para no hacerlo. Repito: cualquier excusa, porque eso es lo que son, por muy buenas que me parezcan. Por lo tanto, si me marco objetivos, así, sin más, terminaré por dejarlo, o lo haré de forma intermitente. Hasta ahí, al igual que cualquier persona en el mundo, con o sin TDAH, supongo.
Lo mejor si puedes, es hacer un deporte que te gusta y estás deseando practicar. Es importante no pensar en “tengo que hacerlo, tengo que hacerlo, tengo que hacerlo”. Para mí es mejor pensar en cómo me siento después de hacer el deporte: ese subidón de hormonas en el cerebro que me hace sentir mucha energía y me permite concentrarme en tareas durante horas. Se empieza a notar desde el día 1. Pero después de hacer ejercicio regular durante varias semanas, la sensación pasa a otro nivel.
¡Busca tu deporte! Si simplemente no te gusta ninguno y no quieres sudar, al menos camina, camina mucho. No es lo mismo ni de lejos, pero es mucho mejor que nada.
¿Qué hora es mejor?
Elige la hora que más te convenga, aunque es mejor que sea siempre la misma. Intenta eliminar la libertad de elegir si vas o no vas. Lo vas a agradecer.
Yo voy casi siempre por la mañana, y dejo mi ropa de deporte preparada por la noche. Así aprovecho el subidón de hormonas durante el trabajo y me siento mucho más concentrado y productivo. Los días terminan generalmente mucho mejor, y se encadenan uno detrás de otro así.
Por ello siempre que puedo voy por la mañana temprano, es lo primero que hago. Me tomo un buen vaso de agua, me visto, y me voy. Esos breves minutos de tomar la decisión de salir me arreglan el día: estoy más concentrado, manejo mejor el estrés, me siento con más energía…
Ejercicio aeróbico o anaeróbico
Para quien no lo tenga aún claro, aeróbico es por ejemplo correr largas distancias. Anaeróbico es por ejemplo hacer ejercicios de musculación. ¿Cuál es mejor? Pues en mi experiencia, depende. Yo hago los dos. Aquí podéis leer sobre la diferencia entre uno y otro.
Ambos tienen distintos beneficios para el cuerpo y la mente. Lo que a mí me ha funcionado generalmente bien es combinar ambos tipos . El ejercicio tiene que exigir esfuerzo: me funciona bien correr al mismo ritmo treinta minutos; pero intercalo algunos “sprints” en la rutina y luego corro más suave, y el resultado es todavía mejor. Jugar deportes de equipo que requieran cierta intensidad también es una buena idea.
Hay en Internet sitios muy completos sobre este tema del deporte. A mí me gusta éste, aunque a veces es un poco largo leer los artículos. Pero está bien documentado y es muy completo.
Cuando era estudiante yo hacía natación cuatro veces por semana. Además, me iba casi todos los días caminando deprisa a clase, y de clase a casa, y me hacía casi dos horas de marcha a buen ritmo. Me hacía series de dominadas por el camino, cuando encontraba columpios en el parque.
De no haber sido así, tengo mis dudas de que hubiese sido capaz de terminar mis estudios de Ingeniería teniendo TDAH. La bicicleta también es una buena idea, lo malo es que no tenía sitio para guardar una en mi pequeño apartamento.
¡Haced correr a los niños!
Aunque escribo este blog pensando principalmente en adultos, estas recomendaciones van especialmente dirigidas a niños con TDAH. Necesitan moverse, y mucho. He trabajado en un colegio Montessori durante años y lo primero que hacían los niños antes de entrar en clase era ir a correr – eso los mayores – o los más pequeños hacían juegos que les requerían esfuerzo físico en el patio durante media hora. Todo cerebro humano funciona mucho mejor así, es como estamos diseñados, y si además tienes TDAH es absolutamente imprescindible hacer mucho ejercicio.
¿De verdad es tan bueno para el cerebro?
Hay montones de artículos que hablan sobre los beneficios del ejercicio, tanto físicos como mentales. En el enlace que os pasé arriba tendréis mucha información. Basta hacer una búsqueda en Internet para encontrar decenas de páginas que hablan sobre la materia. Os propongo un par de sitios más si sólo queréis leer un poco más sobre el tema: como el ejercicio mejora la salud mental.